La conducción nocturna tiene un riesgo añadido, por ello te traemos algunos consejos para hacer más tranquilo el trayecto.
La fatiga es uno de los principales causantes de accidentes de tráfico. Así que, si vas a emprender un viaje nocturno es muy importante que descanses bien antes, conozcas el camino y planifiques tus paradas. Saber cuáles son las previsiones de tiempo también ayuda a reducir riesgos. Te hace mantenerte alerta al volante y no quitar los ojos de la carretera.
Respetar los límites de velocidad y mantener la distancia de seguridad son dos factores importantes a la hora de conducir, que se acentúan si es de noche. Por ello, aunque la carretera esté despejada no pises el acelerador sin control.
Las luces exteriores del vehículo deben estar bien reguladas antes de emprender el camino. Las interiores, mejor si tienen baja intensidad, así evitaras una mala visión de la vía. Por otro lado, en caso de que otro vehículo te deslumbre, intenta aminorar la velocidad para evitar cualquier posible incidente.
Es muy importante también prestar suficiente atención a los espejos para detectar la presencia de otros coches en la carretera. Nunca sabes qué es lo que tienen intención de hacer el resto de conductores.
Peligros en carreteras rurales
Si tienes intención de conducir de noche por zonas rurales o carreteras secundarias, ten los ojos bien abiertos. Los animales que cruzan estas vías son especialmente peligrosos de noche. En carreteras con poca iluminación es muy difícil distinguirlos y los impactos con animales grandes, como ciervos, pueden llegar a ser mortales o causar grandes daños.
En caso de que veas a un animal delante de ti no intentes girar el volante, es la principal causa de lesiones y accidentes mortales. En su lugar, reduce la velocidad tanto como sea posible y agarra el volante con fuerza. De esta manera, si el animal impacta contra el coche el riesgo de lesiones se reduce.