Hace unos días que dimos por inaugurado oficialmente el otoño. Tras los meses de verano, en lo que has sacado chispas al coche, llega un periodo de condiciones climatológicas diferentes sobre el asfalto, por lo que conviene preparar el coche para hacerlas frente de la forma más segura posible.
Los elementos que más han sufrido por el sol y calor del verano son el sistema de climatización, los neumáticos o la carrocería y junto a estos, hay otros que también requieren de especial atención para empezar el otoño con fuerza.
¿Por dónde empezamos?
Lo primero que debemos revisar son los limpiaparabrisas. La exposición a las altas temperaturas hacen que sus gomas se estropean con especial facilidad y aunque en verano se les haya dado poco uso, hay que revisarlos y sustituirlos si es necesario. En otoño las tormentas y las lluvias empiezan a ser más comunes, por lo que estos deben ser capaces de desplazar el agua para que la visibilidad en carretera sea correcta.
Importante realizar una limpieza general de todo el vehículo, sobre todo de los elementos que facilitan la visibilidad como: Cristales, faros, pilotos, faros antinieblas y en especial los elementos reflectantes que nos permiten ser vistos.
El exterior es importante para ver y ser vistos, pero el interior es la pieza clave y es el apartado que más debe cuidarse. Revisaremos por tanto:
- El filtro del aire. Revisarlo es imprescindible para que la combustión sea correcta y ahorremos en combustible.
- La calefacción. Aunque en invierno la calefacción aprovecha el calor que desprende el motor y gasta menos que el aire acondicionado, conviene comprobar su funcionamiento antes de que empiece el frío, pues no será muy útil en muchos momentos.
- Líquidos: Líquido refrigerante y el del aceite son los dos imprescindibles, pero tampoco debemos descuidar el agua del limpiaparabrisas, el líquido de los frenos y el de la dirección. Todos los niveles deben ser los adecuados para afrontar las heladas y nevadas que están por llegar. Recuerda, si estos están muy sucios deben ser sustituidos de inmediato.
- La batería: Esta no es eterna y en esta época del año en que las temperaturas se reducen considerablemente, pueden afectar mucho a su rendimiento. Ante los primeros síntomas de desgaste, conviene cambiarla.
En definitiva, con estas recomendaciones de mantenimiento del vehículo, la transición del verano al invierno será más segura, con menos averías y garantizando su vida útil. ¡Mima a tu coche este otoño!